El Istmo de Panamá hace miles de años
Por Larissa Rodríguez
El museo REINA TORRES DE ARAÚZ ubicado nuevamente en la Plaza 5 es el lugar en donde se exponen algunas piezas arqueológicas vinculadas al Panamá Precolombino.
Antes que nada aclaremos que el término precolombino es utilizado para describir todo lo concerniente a los primeros pobladores del Continente Americano hasta el establecimiento de los pueblos europeos en este territorio. También suele utilizarse el término pre-hispánico.
En cuanto al Istmo de Panamá, Carlos Joel Morales, historiador panameño, explica que hay quienes difieren en la cantidad de habitantes indígenas que existía en 1501 con la llegada de Rodrigo de Bastidas. Sin embargo, puede afirmarse que había cientos de comunidades esparcidas en todo el territorio. Su principal modo de subsistencia era la cacería, la agricultura, y la pesca. Aunque "Cuando los indios no tienen guerra, todo su ejercicio es tratar y trocar (intercambiar) cuanto tienen unos con otros" como dijo el cronista español Gonzalo Fernandez de Oviedo en su obra Historia Natural y General de las Indias.
Miles de años mas temprano, hacia el final de la última Edad de Hielo, en el 12000 a.C. de acuerdo con datos paleoecológicos recogidos en ciénegas y lagos panameños, los primeros inmigrantes humanos que ocuparon el Istmo experimentaron temperaturas más bajas y un clima menos lluvioso que en la actualidad. En el territorio existían mastodontes y perezosos gigantes que eran cazados por estos habitantes con herramientas de piedra muy parecidas a las de la tecnología lítica llamada "Clovis".
El museo REINA TORRES DE ARAÚZ ubicado nuevamente en la Plaza 5 es el lugar en donde se exponen algunas piezas arqueológicas vinculadas al Panamá Precolombino.
Antes que nada aclaremos que el término precolombino es utilizado para describir todo lo concerniente a los primeros pobladores del Continente Americano hasta el establecimiento de los pueblos europeos en este territorio. También suele utilizarse el término pre-hispánico.
En cuanto al Istmo de Panamá, Carlos Joel Morales, historiador panameño, explica que hay quienes difieren en la cantidad de habitantes indígenas que existía en 1501 con la llegada de Rodrigo de Bastidas. Sin embargo, puede afirmarse que había cientos de comunidades esparcidas en todo el territorio. Su principal modo de subsistencia era la cacería, la agricultura, y la pesca. Aunque "Cuando los indios no tienen guerra, todo su ejercicio es tratar y trocar (intercambiar) cuanto tienen unos con otros" como dijo el cronista español Gonzalo Fernandez de Oviedo en su obra Historia Natural y General de las Indias.
Miles de años mas temprano, hacia el final de la última Edad de Hielo, en el 12000 a.C. de acuerdo con datos paleoecológicos recogidos en ciénegas y lagos panameños, los primeros inmigrantes humanos que ocuparon el Istmo experimentaron temperaturas más bajas y un clima menos lluvioso que en la actualidad. En el territorio existían mastodontes y perezosos gigantes que eran cazados por estos habitantes con herramientas de piedra muy parecidas a las de la tecnología lítica llamada "Clovis".
Agricultura de Subsitencia
Tiempo después, en el 2500 a.C. los estudios arqueológicos realizados indican que los indígenas ya practicaban la agricultura en América Central. En áreas de las provincias de Coclé, Veraguas y Chiriquí se han realizado investigaciones en refugios rocosos utilizados como viviendas o depósitos, antes del establecimiento de los primeros poblados permanentes, que indican que quienes habitaban estos refugios cultivaban plantas ahora poco conocidas como el sagú y el lerén. Pero también otros más comunes como la yuca, el maíz, el zapallo, el ñame y el camote.
Sin embargo, este desarrollo en la agricultura y algunos cambios socioculturales no se dieron de forma uniforme y simultánea por todo el Istmo. Por ejemplo: Entre 5000 y 3000 a.C. algunos utensilios de basalto negro hallados en refugios de piedra en la cordillera chiricana nos permiten saber que los grupos humanos que habitaban esta área en aquella época subsistían a base de la caza y la recolección de frutos del bosque. Mientras tanto, al mismo tiempo en Panamá central se practicaba ya la agricultura.
Sin embargo, este desarrollo en la agricultura y algunos cambios socioculturales no se dieron de forma uniforme y simultánea por todo el Istmo. Por ejemplo: Entre 5000 y 3000 a.C. algunos utensilios de basalto negro hallados en refugios de piedra en la cordillera chiricana nos permiten saber que los grupos humanos que habitaban esta área en aquella época subsistían a base de la caza y la recolección de frutos del bosque. Mientras tanto, al mismo tiempo en Panamá central se practicaba ya la agricultura.
Estilo Monagrillo y Metates
Más tarde, en el año 1500 a.C. una zona extensa del Panamá central era ocupada por poblados en los que se usaba un estilo de cerámica denominada "Monagrillo" por los arqueólogos. Se trata de una alfarería rudimentaria, considerada la más antigua de América Central. Su modo de subsistencia dependía de la agricultura de roza y quema, la cacería y recolección de conchas y cangrejos . Su cultura material era sencilla y no hay indicios de que hubiesen grandes diferencias en cuanto a la riqueza y jerarquía entre personas.
Los indígenas de Panamá comenzaron reunirse en aldeas permanentes hacia el 300 a.C. con casas de postes de madera, techos de pencas, paja y pisos de arcilla. Producían vasijas de cerámica para guardar líquidos o alimentos, algunas decoradas bellamente y hechas con cuellos y agarraderas. Para esta época también se dan mejoras en los utensilios de piedra y aparecen los primeros "Metates", una especie de plancha de piedra volcánica que se utilizaba para moler maíz.
En la península de Azuero entre 100 y 300 a.C aparecen las primeras piezas de orfebrería. Se trata de una innovación tecnológica procedente de Colombia o de las costas de Ecuador. Sin embargo, muchos datos han señalado a los arqueólogos que poco después de introducida la orfebrería se estableció una tradición istmeña con sus propias características técnicas y artísticas.
En los ornamentos de metal predominan las figuras de ranas, aves con alas desplegadas y un icono muy frecuente en las tumbas de Sitio Conte en Coclé: un Saurio. Se trata de la representación de un cocodrilo, iguana o caimán con facciones y cuerpo humano, que ha menudo se presenta de pie, vestido como una persona importante con barras de oro en las orejas, brazaletes, rodilleras y otros accesorios.
En los últimos dos milenios de la época precolombina se experimentaron grandes cambios culturales y tecnológicos vinculados por algunos investigadores a inmigraciones de personas foráneas, como algunos grupos mexicanos con intensiones de colonizar partes de Centroamérica. Sin embargo, factores internos como: el crecimiento demográfico, el aumento de las tensiones sociales, la dispersión territorial y la intensificación de las relaciones de intercambio comercial con otros pueblos, perecen explicar mejor el creciente proceso de diversificación cultural que se fue dando en esta época.
Los indígenas de Panamá comenzaron reunirse en aldeas permanentes hacia el 300 a.C. con casas de postes de madera, techos de pencas, paja y pisos de arcilla. Producían vasijas de cerámica para guardar líquidos o alimentos, algunas decoradas bellamente y hechas con cuellos y agarraderas. Para esta época también se dan mejoras en los utensilios de piedra y aparecen los primeros "Metates", una especie de plancha de piedra volcánica que se utilizaba para moler maíz.
En la península de Azuero entre 100 y 300 a.C aparecen las primeras piezas de orfebrería. Se trata de una innovación tecnológica procedente de Colombia o de las costas de Ecuador. Sin embargo, muchos datos han señalado a los arqueólogos que poco después de introducida la orfebrería se estableció una tradición istmeña con sus propias características técnicas y artísticas.
En los ornamentos de metal predominan las figuras de ranas, aves con alas desplegadas y un icono muy frecuente en las tumbas de Sitio Conte en Coclé: un Saurio. Se trata de la representación de un cocodrilo, iguana o caimán con facciones y cuerpo humano, que ha menudo se presenta de pie, vestido como una persona importante con barras de oro en las orejas, brazaletes, rodilleras y otros accesorios.
En los últimos dos milenios de la época precolombina se experimentaron grandes cambios culturales y tecnológicos vinculados por algunos investigadores a inmigraciones de personas foráneas, como algunos grupos mexicanos con intensiones de colonizar partes de Centroamérica. Sin embargo, factores internos como: el crecimiento demográfico, el aumento de las tensiones sociales, la dispersión territorial y la intensificación de las relaciones de intercambio comercial con otros pueblos, perecen explicar mejor el creciente proceso de diversificación cultural que se fue dando en esta época.
El Gran Cocle, El Gran Darién y el Gran Chiriquí
Hacia el 700-1000 d.C pueden distinguirse en el Istmo de Panamá 3 grandes áreas culturales con características propias, éstas son: La del Gran Chiriquí al Oeste, la del Gran Coclé al centro y la del Gran Darién al este. Aunque compartían muchos elementos culturales y el mismo modo de subsistencia, las diferencias en las tecnologías empleadas y los símbolos representados en los artefactos de la vida cotidiana como los artículos de cerámica, son bastantes notorias. Por ejemplo: En el Gran Darién, a partir del 700 d.C, predominó la cerámica moldeada con incisiones y pintadas en rojo. En el Gran Coclé, la alfarería policromada utilizaba tintes azules y morados, únicos en la región. En el Gran Chiriquí, por otra parte, se empleó el uso de tricomías en blanco, rojo y negro; la pintura negativa y una cerámica sin pintar conocida como "Bizcocho".
Aunque es bastante común denominar "Cacicazgos" a los territorios controlados por personas especialmente ricas e influyentes y que sitios arquelógicamente grandes y complejos como Sitio Barriles en Chiriquí y El Caño en Coclé, donde se han encontrado restos de antepasados, eran las sedes de estos caciques. La verdad es que se está bastante lejos de comprender cuán extensas y estratificadas eran estas sociedades y cuán permanente, abarcador y hereditario era el poder.
En excavaciones arqueológicas realizadas en los años 1930 y 1940 en el cementerio de Sitio Conte en Coclé casi todas las osamentas halladas eran de adultos y la mayoría masculinos entre ellos personas con alto estatus en su época. Estos hallazgos dan muestra de una sociedad en la que el poder no era hereditario y que la política era controlada por hombres que según cronistas españoles, competían entre sí. En cambio, en el cementerio de Cerro Juan Díaz en Los Santos, los restos humanos hallados eran de personas que no eran ricas ni poderosas como en Sitio Conte. Y la mayoría de éstos restos eran de bebés, niños y mujeres.
Cerro Juan Díaz localizado en la Bahia de Parita, junto a la desembocadura del Río La Villa, fue utilizado para rituales funerarios durante más de mil años. En excavaciones arqueológicas realizadas allí por el Instituto Smithsonian y el INAC entre 1991 y 2001 se encontraron hornos revestidos con piedras y organizados en círculos que, se presume, pudieron ser utilizados para disecar cadáveres para luego ser expuestos en una pequeña casa mortuoria en la cima del cerro o colocados envueltos en tela de corteza o en canastas llenas de ceniza. También fueron halladas mandíbulas humanas cuyos dientes fueron extraídos después de morir y colocados en vasijas puestas boca a abajo sobre un piso de arcilla. Muchas de estas tumbas fueron cubiertas con techos y luego habitadas. Todos estos detalles demuestran una gran preocupación por el bienestar de los ancestros en su otra vida.
Los expertos afirman que jamás se podría atribuir a una etnia en particular las piezas precolombinas de oro, cerámica y piedra que se han encontrado. Sin embargo expertos en genética y lenguas afirman que los 7 grupos indígenas panameños que han sobrevivido hasta la actualidad, están emparentados entre sí en varios grados. Estos son producto de la dispersión de una población que ocupó en Istmo de Panamá y territorios colindantes hace miles de años que poseía antiquísimas y bellas tradiciones artísticas.
Aunque es bastante común denominar "Cacicazgos" a los territorios controlados por personas especialmente ricas e influyentes y que sitios arquelógicamente grandes y complejos como Sitio Barriles en Chiriquí y El Caño en Coclé, donde se han encontrado restos de antepasados, eran las sedes de estos caciques. La verdad es que se está bastante lejos de comprender cuán extensas y estratificadas eran estas sociedades y cuán permanente, abarcador y hereditario era el poder.
En excavaciones arqueológicas realizadas en los años 1930 y 1940 en el cementerio de Sitio Conte en Coclé casi todas las osamentas halladas eran de adultos y la mayoría masculinos entre ellos personas con alto estatus en su época. Estos hallazgos dan muestra de una sociedad en la que el poder no era hereditario y que la política era controlada por hombres que según cronistas españoles, competían entre sí. En cambio, en el cementerio de Cerro Juan Díaz en Los Santos, los restos humanos hallados eran de personas que no eran ricas ni poderosas como en Sitio Conte. Y la mayoría de éstos restos eran de bebés, niños y mujeres.
Cerro Juan Díaz localizado en la Bahia de Parita, junto a la desembocadura del Río La Villa, fue utilizado para rituales funerarios durante más de mil años. En excavaciones arqueológicas realizadas allí por el Instituto Smithsonian y el INAC entre 1991 y 2001 se encontraron hornos revestidos con piedras y organizados en círculos que, se presume, pudieron ser utilizados para disecar cadáveres para luego ser expuestos en una pequeña casa mortuoria en la cima del cerro o colocados envueltos en tela de corteza o en canastas llenas de ceniza. También fueron halladas mandíbulas humanas cuyos dientes fueron extraídos después de morir y colocados en vasijas puestas boca a abajo sobre un piso de arcilla. Muchas de estas tumbas fueron cubiertas con techos y luego habitadas. Todos estos detalles demuestran una gran preocupación por el bienestar de los ancestros en su otra vida.
Los expertos afirman que jamás se podría atribuir a una etnia en particular las piezas precolombinas de oro, cerámica y piedra que se han encontrado. Sin embargo expertos en genética y lenguas afirman que los 7 grupos indígenas panameños que han sobrevivido hasta la actualidad, están emparentados entre sí en varios grados. Estos son producto de la dispersión de una población que ocupó en Istmo de Panamá y territorios colindantes hace miles de años que poseía antiquísimas y bellas tradiciones artísticas.